POCO Y NADA
Poco, hay bastante poco bajo el duro pavimento, solo tierra colorada y barrosa, también poco bajo las rutas que llevan a cualquier parte, solo buscando con mucho esfuerzo se podrían hallar los sudores de quienes trabajaban antiguas siembras y cosechas, y la sangre, y huesos, de los primitivos habitantes de estas tierras. De otras cosas, poco y nada.
No hay bajo el duro pavimento de la ciudad muchas cosas, pero sí hay lugar para que los baches de arriba sigan creciendo. Y por algunos lugares debajo el cemento hay casi obsoletas cañerías por donde se evacúan mal las cloacas de toda la ciudad. Y aunque por debajo del pavimento de los más favorecidos barrios de la ciudad haya caños de gas y fibra óptica, es poco todavía. No hay bajo el pavimento suficientes canales de desagues como para que la ciudad no se inunde cada dos por tres. Y no hay, debajo de las asfaltadas carreteras hacia lejanos lugares nada de la riqueza que la tan generosa tierra les da a los campos que se ven a los costados.
Poco abajo, y nada arriba. No hay arriba nada que insinúe que están trabajando para tapar los baches, ni para mejorar y ampliar la red de cloacas, ni la de desagues, ni la de gas, ni ninguna otra cosa. Y no hay, por estos días, arriba de las rutas mucho más que algunos acaudalados disconformes que cortan el paso solo para lloriquear porque hay otros adinerados que les están saqueando parte de sus millones.
Lic Gius
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